hipnosis / la colonia
David Fernández Rivera
Ed. Antígona
Colección: Teatro
104 páginas
Madrid, 2012

Ángel Padilla

Tú vives en la Colonia. Tú habitas este libro.

Aceptando esta inquietante premisa, podrá el lector adentrarse en una de las más conmovedoras y bellas obras de los últimos tiempos.

Pirandello creó en sus libros personajes que querían estar vivos como nosotros, tener sangre caliente y ver la luz. Lo que plantea la alegoría de Hipnosis/La Colonia es justamente lo contrario. David Fernández Rivera nos hace sentir, con su obra, que nuestras vidas que creemos reales son como ficciones orquestadas por otros. Así, el libro cumple las veces de espejo e incluso de profecía.

El eterno Quiénes somos. De dónde venimos. A dónde vamos adquiere, aquí, un nuevo verdecer en cuanto a intuiciones y posibles respuestas.

El protagonista de la obra es trasunto de cada uno de nosotros. Bruno es un antiguo obrero de la Colonia que un increíble día, como en el despertar kafkiano de Gregorio Samsa viéndose transformado en cucaracha, descubre una máscara de gas que oculta su rostro, y otras más que cubren las cabezas de sus millones de vecinos. Observa, a su vez, que está sentado en una silla de ruedas que jamás había visto y que una ajustada camisa de fuerza faja sus brazos. ¿Desde cuándo vive en dichas condiciones, meses, años, toda su vida desde el nacimiento? Su hermana María, con la que habita, no ve su propia máscara, ni la dinamita que atesta las calles y casas, convirtiendo en un polvorín vivo la Colonia. Ella, como los demás, trabaja de sol a sol en una feliz tarea cuya infernal materialidad sólo es capaz de ver Bruno. Como el loco que habló del sol en la cueva de Platón, Bruno debe dar un paso, pero todo en la colonia está en contra de cualquier movimiento que no sea en el sentido de la hipnosis

Hipnosis/La Colonia ha recibido la Estrella de Plata del “Premio Mestre Cerviño”, y ha tenido una aceptación clamorosa en Chile. Su autor tiene una larga carrera en el mundo del teatro, tanto de actor como de director de su propia “Compañía de teatro de David Fernández Rivera”, representando obras propias y ajenas con éxito y relevancia por España y, pronto, por Inglaterra y Nueva York, por sus novedosas y hermosamente poéticas puestas en escena, con juegos de luces originales y hasta llamaradas flotantes.

Queda decir, finalmente, que la obra ha sido escrita para la boca de los actores, su lenguaje, los diálogos, con la maestría que sólo posee alguien que lleva muchos e intensos años pisando las tablas y con el oído de un poeta —que básicamente es el autor—; y tiene varias posibilidades escénicas. Pero a la vez ha sido escrita para poder leerse en forma amena como una novela corta. Ése es, en mi opinión, otro más de los aciertos del autor: la variedad de registros por los que trasmite su humanísimo mensaje para que éste llegue a más miembros de la colonia en que él mismo, el poeta David Fernández Rivera, como su álter ego Bruno, también un mal día despertó viendo.

Su horrible casa. Nuestro auténtico mundo. ¿Te atreves a asomarte al espejo?

 

TRES VOCES FUNDAMENTALES: TEATRO ESPAÑOL CONTEMPORÁNEO
Marga Piñero (Ed.)
Ed. Fundamentos
Espiral/Teatro
Madrid, 2011

Nacho Ortega

En una nueva publicación de la serie espiral/teatro, de la Biblioteca Temática RESAD, la Editorial Fundamentos trae esta vez de la mano de Marga Piñero el encuentro, en una misma publicación, de las voces de tres maestros de la dramaturgia contemporánea —José Luis Alonso de Santos, José Sanchis Sinisterra y Fermín Cabal— . Los tres autores aportan a esta colección una serie de obras breves (o reescritas para la misma) bajo una misma premisa: el juego teatral, amparados en el teatro dentro del teatro o el teatro dentro de la literatura.

Las obras aquí publicadas, en orden de producción en teatro breve son Modelos teatrales del siglo XXI, de J.L. Alonso de Santos, Paciencia y barajar o Regreso a la cueva de Montesinos y Saturnal (obra fallida) de J. Sanchis Sinisterra y Ganarse el pan (con el sudor de la mente) de F. Cabal. No es ésta la primera vez que tanto Alonso de Santos y Sanchis Sinisterra han mostrado su interés por los géneros menores. Recordemos ¡Viva el Duque, nuestro dueño! con sus juegos satíricos y burlescos, tan propios del entremés y Ñaque o de piojos y actores. Así mismo encontramos en la producción de Alonso de Santos Teatro breve (50 obras cortas) publicada por la Fundación Jorge Guillen en 2011 y Teatro menor, 50 obras breves, de Sanchis en Ñaque Editora en 2008. Por el contrario Fermín Cabal no ha cultivado este género, pese a que parte de su obra esté imbuida de sus rasgos, en lo que radica la importancia de la publicación de esta obra.

Hay que sumar a todo lo anterior un rasgo que unifica a estos autores: son investigadores del hecho teatral y se dedican a la docencia (RESAD, Institut del teatre y ESAD de Torrelodones —Univ. de Kent—) respectivamente. Así mismo han impartido talleres de dramaturgia por donde han pasado la mayoría de autores de las generaciones siguientes. Podemos abundar en más realidades coincidentes en nuestros autores para dotar de mayor enjundia su encuentro en un mismo volumen y es que los tres son autores forjados en el teatro independiente de finales de los 70, principios de los 80 donde la transición política hacia la democracia tuvo un papel relevante en su trayectoria escénica. Cabe hacer un poco de historia y recordar su presencia en grupos del teatro independiente como fueron Tábano, Teatro Fronterizo o Los Goliardos.

Modelos teatrales del siglo XXI, de J. L. Alonso de Santos, compuesto por quince obras cortas juega e ironiza sobre algunos de los movimientos teatrales del siglo XX, que han entrado en el XXI y dando especial importancia a la metateatralidad. Teatro Minimalista, Cibernético, Virtual, Erótico-electrónico, Teatro de Conflicto, de la Incomunicación, Psicológico, de Humor, Irreverente, Simbólico, de la Deconstrucción, de la Alianza de las Civilizaciones, del amor que no cesa, Literario y Teatro de los Sueños.

En Paciencia y barajar o Regreso a la cueva de Montesinos J. Sanchis Sinisterra emplea el capítulo XXIII del Quijote para, por medio de tres jóvenes que lo han leído como libro iniciático, enfrentar a los personajes a una realidad que funciona como espejo mágico e incidiendo en el título, Paciencia y barajar, que es la respuesta que Montesinos da en el final del capítulo a Durandarte cuando pregunta ¿qué haremos si D. Quijote no puede desencantarnos? Esperar y entretenernos ¿no es acaso la actitud de Vladimir y Estragón? En Saturnal (obra fallida) la metateatralidad, que viene inserta en el título, nos sitúa frente a un grupo de personajes sublevados contra el texto que el autor les impone. Juego que ya ha empleado en Los figurantes y que retoma como homenaje al teatro, replanteándose toda su investigación teatral.

Ganarse el pan (con el sudor de la mente) de F. Cabal es un juego sobre el oficio de autor teatral en la que el mismo converge en las dificultades de oficio de su personaje, mencionando explícitamente a algunos dramaturgos como A. Diosdado, Ionesco, Martínez Ballesteros o A. Vallejo del que llega incluso a emplear como recurso dramático, frases de una de sus obras.

 

JUANA LA LOCA. EROS
María Jesús Romero
Ed. Fundamentos
Espiral/Teatro
Madrid, 2012

Mayra Fernández

El simbolismo caracteriza las dos obras de María Jesús Romero que la editorial Fundamentos recoge en este volumen.

Escultora, actriz, escenógrafa, artista polifacética en definitiva, se atreve en esta ocasión con la escritura dramática.

En Juana la loca, la primera de las piezas, la autora nos acerca a este personaje histórico mediante un monólogo plagado de figuras literarias de repetición.

El texto sitúa metafóricamente a Juana a bordo del barco que la conduciría a Flandes con tan sólo dieciséis años para conocer al que sería su futuro marido. En esta travesía el personaje reflexiona ampliamente sobre su vida, centrándose particularmente en sus embarazos y la locura que le generan. No en vano habla de ellos como si de periodos de enfermedad se tratara.

Una sola actriz da voz a varios personajes: todos aquellos que rodearon su existencia y que tuvieron una significación especial. El texto es un enorme reto interpretativo tanto por el lenguaje, de gran belleza poética, como por el vaivén emocional que sufre el personaje a lo largo de la pieza.

La segunda de las obras Eros tiene también un tinte existencialista pero trata la revisión de identidad de una forma muy distinta, al menos en lo literario. De hecho, es chocante que las dos piezas se presenten relacionadas o como continuación la una de la otra. Nos encontramos en Eros con una obra dramática en la que cobran vida seis personajes; cada uno de ellos representante de una dimensión diferente del ser. El ser en general, esta vez sin nombre ni apellido. El texto se desarrolla con un lenguaje onírico y en ocasiones grotesco en el que se intercalan diálogos y monólogos impregnados de ironía y sentido del humor que nos hacen reflexionar sobre los grandes temas universales.

 

TEATRU N’ASTURIANU 2010
José Ramón Oliva
José Neira
Sergio Manuel Buelga Casas
FETEAS
Asturies, 2010

Chechu García

La Federación de grupos amateur del Principáu d’Asturies, FETEAS, presenta Teatru n’asturianu. 2010, una esbilla que recueye tres pieces de teatru n’asturianu.

Entama la llectura con Asilu por compasión, de José Ramón Oliva, autor que xunto a Carmen Duarte ta revolucionando la escena costumista asturiana. Nun asilu, la encargada ye envelenada con cianuru, los sospechosos son tolos vieyos a los qu’atendía, la Guardia Civil va personase nel llugar de los fechos y va entamar un interrogatoriu. Cola sida y maneres d’un Cluedo cómicu va empobinándose’l drama nun escenariu poco andáu nel teatru popular, el d’un asilu, perfectu reflexu del cambiu de la sociedá y el papel que tienen les persones de la tercera edá, mui estremáu del qu’avezaben tener nes obres clásiques. Sigue José Ramón Oliva sorprendiendo y abriendo nuevos caminos que percorrer, dándo-y aire puro a una escena tan necesitada d’ello como la costumista.

El segundu testu ye Como les bicicletes, de José Neira, un averamientu al procesu de recuperación de la memoria histórica, un álbum de toles mancadures que sigue teniendo la sociedá por mor de la Guerra Civil. La obra furrula dixebrada en delles histories paraleles; la d’una muyer que s’entera que’l suegru foi torurador y asesín de so padre; una archivera a la que manden desfacese de tolos documentos de la Guerra por falta espaciu; un director de cine que ta rodando un documental con testigos de la contienda. Con un tonu posáu y ensin cayer nunca nel panfletu fácil, José Neira álzase con una pieza elegante que, como nel bon teatru, dexa más entrugues que rempuestes. De regalu amás, dedícanos les prestoses traducciones al asturianu de dalguna canción mítica y los versos d’Espronceda.

El llibru cierra con La Pita de Sergio Manuel Buelga Casas, obra en tres actos que sigue los parámetros del teatru más tradicional asturianu. Chus anda gachu porque-y morrió una pita campeona; Pinta, un mineru mozu del pueblu, róba-y una pita al cura pa que Chus recupere la depresión. Esti ye’l motor d’aición d’una Arcadia feliz enllena de personaxes y temes prototípicos: mocín y mocina, vieyos chanciones, cortexaeres imposibles… Anque la pieza tien bon ritmu y escenes de muncho humor, la falta de novedaes nel discursu, d’elementos nuevos, nun acaben de dexala despegar. Son d’agradecer dalgunos chisgos del autor que se ríi de sigo mesmu en boca del cura del pueblu “…me encanta la coreografía que se ha montado en un cuarto de hora. Sería digna de una obra costumbrista de segunda, de esas que son tan del gusto de los asturianos”, amás del trabayáu rexistru de diglosia qu’usa, onde’l cabu de la guardia civil que lleva años n’Asturies fala n’amestao y el maestru del pueblu tenta de falar asturianu.

Taremos mui sollertes a futuros proyectos de Sergio Manuel Buelga, un autor mozu y bien interesante al qu’hai de pidir que se sume al llabor de modernizar el teatru costumista.

 

TEATRU N’ASTURIANU 2011
Segismundo Meana Pérez
José Ramón Oliva
José Ramón Pérez Menéndez
FETEAS
Asturies, 2011

Ch. G.

Nesta ocasión, l’anuariu de FETEAS recueye tres testos premiaos, Drácula ye teberganu, premiu Aurora Sánchez; La maldición de la pita roxa y Bones nueches, mio xeneral, dambes les dos premiu Carlos Álvarez-Novoa.

Abre’l llibru cola pieza de Segismundo Meana Pérez, Drácula ye teberganu, un entreteníu sainete dixebráu en dos partes, una primera que se val del monólogu tradicional pa desplicar al públicu la verdadera historia de Drácula y una segunda, onde los vecinos del pueblu agasayen a un estrañu conde que s’abelluga del sol dientru d’un armariu. La orixinalidá del argumentu y el conocimientu de les claves del teatru popular qu’amuesa l’autor, dan-y al testu un ritmu frescu, mui del gustu del públicu, sicasí, ye una pieza mui curtia, que pide un mayor llargor onde s’enduviellen más los filos dramáticos y se saque tol provechu que l’argumentu de Drácula ye teberganu pudiere tener.

El segundu testu presentáu ye La maldición de la pita roxa de José Ramón Oliva Alonso, nesti casu, l’autor de Carbayín, allégase a les tables con munchos elementos modernizantes na comedia asturiana, usando plizquinos de terror y atmósferes visiegues. Dientru d’una misteriosa mansión aisllada del mundu van axuntar los posibles beneficiarios d’un estrañu testamentu, asocediéndose entós una cadena d’asesinatos que tienen a comuña’l tar anunciaos pol misteriosu cacarexar d’una pita maldita. L’axorizante llista de muertos fainos remembrar la cadarma narrativa del diez negritos d’Agatha Christie, anque la intención de José Ramón Oliva ye bien otra y la vis humorística asturiana siempre acabe dominando.

L’apaición de lo sobrenatural con pantasmes y resucitaos, un ambiente góticu dende l’entamu y una mayor complexidá escénica, armen unos cuadros mui bien resueltos y de gran efectismu, p’acabar con un xiru final, qu’anque forzáu, peslla con aciertu la obra.

Con una bayura ablucante de trabayos representaos y títulos de calidá, José Ramón Oliva paez adelantar nes preferencies de los grupos amateurs a autores tan emblemáticos como Eladio Verde. Auténticu referente del teatru costumista d’anguañu, Oliva algama tal dominiu de les bases del teatru, que les sos obres, siendo asturianes y costumistes, beben de los más estremaos xéneros, y ye esta xera de modernización, la que lu fai averáse al altor d’auténtiques lleendes del nuestru teatru como Pachín de Mélás.

El volume peslla con Bones nueches, mio xeneral de José Ramón López Menéndez, un repasu a la dómina más oscura de la dictadura. Abre’l telón y con llárimes nos güeyos, la viudísima Carmen Polo de Franco echa un monólogu onde fala col Xeneralísimu que ta de cuerpu presente amortayáu nel caxón. Los fechos históricos na vida de Carmen Polo y Francisco Franco son cuntaos pola Señora con un gran control dramáticu por parte del autor, que llogra un tonu perfectu pal personaxe, con pingarates d’humor, pero nunca escondiendo lo terrible y apavoriante de la historia del paisano que mandó n’España casi cuarenta años.

Hai de volver agradecer a FETEAS la calidá de les sos ediciones, con portaes elegantes y modernes y una cuidada seleición d’autores, amosando la gran variedá temática del teatru amateur, dende’l costumismo al teatru social y de denuncia. L’anuariu de FETEAS ta convirtiéndose, xunto cola coleición Mázcara de l’Academia de la Llingua, nel auténticu escaparate onde midir el pulsu del teatru n’asturianu.

 

DOÑA ELVIRA, IMAGÍNATE EUSKADI
LA ÚLTIMA CENA
Ignacio Amestoy
Ed. Fundamentos
Espiral/Teatro
Madrid, 2012

Eva Vallines

La Editorial Fundamentos reúne en este volumen dos obras del dramaturgo Ignacio Amestoy, de quien ya había publicado cinco libros. La iniciativa de reunir dos obras en apariencia dispares, pero entre las que hallamos evidentes paralelismos y que como afirma Jorge Urrutia en el prólogo: “podríamos decir que constituyen una sola obra”, resulta todo un acierto. Dos obras distantes en el tiempo (1985 y 2008) y que representan los extremos de una amplia producción, que ha situado a su autor como uno de los dramaturgos imprescindibles del momento. Aunque ambientadas en épocas distintas (Doña Elvira, imagínate Euskadi es una tragedia histórica y La última cena, en cambio, se sitúa en la actualidad), comparten una serie de temas en común: el conflicto de Euskadi, el recurso a la violencia, el sacrificio del hijo, la pérdida de paraísos y en última instancia el desencanto existencial. Amestoy nos ofrece en ellas una reflexión metafísica acerca del sentido de la vida, que es lo que hace que ambas obras trasciendan el tema vasco y se erijan en tragedias de tema universal. En ambas hay un padre que siente fracasado su proyecto vital y un hijo que representa la utopía destinada también a fracasar y que pide a su padre que lo sacrifique. Los dos hijos acaban reclamando la muerte de manos de su progenitor. “Tú me diste la vida, tú me debes dar la muerte” dice Xabier, el hijo militante de una organización terrorista, que enfermo terminal vuelve a la casa del padre solicitando este trágico final. Con casi idénticas palabras: “Tú me diste la vida, bien me la puedes quitar”, le exige Doña Elvira a Lope de Aguirre que la sacrifique, después de que éste acabe con el hombre al que ella amaba, en un terrible ajuste de cuentas por una posible traición.

Doña Elvira, imagínate Euskadi se estrenó en 1986 en el Festival de Sitges rodeada de polémica, ya que ciertos sectores vieron en ella una descalificación de la lucha armada. En esta obra, Amestoy refleja el conflicto de Euskadi a través de una tragedia basada en las últimas horas de Lope de Aguirre, cercado por las tropas de Felipe II, en su lucha por coronarse rey de Perú. En unos años especialmente convulsos, Amestoy se atreve a abordar un tema tan candente con un texto polémico e inquietante, que invita a la reflexión. La pieza surge a partir del trabajo conjunto del autor con Teatro Geroa, uno de los grupos vascos de referencia de aquel entonces, dirigido por Antonio Malonda. De hecho, un primer borrador elaborado por Amestoy se fue modificando a partir del trabajo en los ensayos y la aportación de todos los miembros del grupo. Gonzalo Pérez de Olaguer, en un artículo publicado en Primer Acto ya en 1986, no comparte la tesis que suscitó la polémica, sino que ve en la obra un texto abierto, que invita al debate, en el que sin descalificar la lucha armada, sí se cuestiona el resultado de tanta violencia, personificada en la figura de Lope de Aguirre, sanguinario y al mismo tiempo idealista. El autor refleja, en esta parábola de la sociedad vasca, los distintos posicionamientos ante un tema que no ha perdido actualidad. La obra transmite, de manera eficaz el clima de asfixia, desesperanza y traiciones de un grupo de hombres luchando por una causa perdida, arrastrados por el visionario Lope. Amestoy ha sabido encontrar un punto en el tiempo lo suficientemente distante, para que podamos dejarnos llevar por la peripecia de estos hombres acorralados y la pureza de Doña Elvira, un espíritu libre en este infierno de pólvora y traiciones. Situada la acción en un espacio ceremonial, una iglesia semiderruida, rodeada por las gradas de los espectadores, un altar central y una sepultura presagian la víctima de un sacrificio. Los personajes de esta tragedia se dividen en caracteres puros como doña Elvira, el sepulturero y su mujer y otros más complejos: Lope ¿enajenado visionario?, ¿valiente héroe de la independencia que hace frente al poder absoluto del monarca centralista?, sus hombres, por momentos fieles y abnegados, o posibilistas supervivientes, traidores y arrepentidos… Y de fondo, el mar como metáfora de la libertad y de un Euskadi utópico, que resuena en las palabras de Doña Elvira y en su último grito antes de morir.

La última cena es una tragedia en tres actos que gira en torno a la parábola del hijo pródigo y el mitema del sacrificio de Isaac, esta vez a petición del propio hijo. El telón de fondo es también el tema vasco, la violencia, la pérdida de paraísos, en suma, la tragedia del ser humano. Todo ello lleno de citas cultas, que no chirrían en absoluto, referencias literarias y disquisiciones acerca del arte y su poética. Amestoy, al tiempo que reflexiona sobre la creación de la tragedia, construye magistralmente una en este texto en el que nos va desgranando poco a poco los elementos que provocarán el trágico desenlace. La tensión es creciente, la información se nos va transmitiendo con cuentagotas, como en las grandes tragedias, culminando en el contundente final del segundo acto: la petición del sacrificio por parte del hijo al padre. En una pieza en la que predomina claramente la palabra, los silencios elocuentes son utilizados con maestría. El núcleo temático es la dialéctica entre un padre, escritor de izquierdas, que apostó por la socialdemocracia y que se siente fracasado en lo personal y en lo profesional (a pesar de ser un exitoso dramaturgo) y un hijo, militante de una organización terrorista, que vuelve, enfermo terminal, a pedirle a su padre que lo mate, “que cierre el círculo”. La libertad, la palabra frente a la acción, la inmortalidad, Esquilo, Eurípides, los jesuitas, el sacrificio, Sísifo, Séneca, María Zambrano, Unamuno, Kundera, Nietzsche, Camus… todos ellos resuenan en las confidencias padre-hijo, en esta oposición vida-literatura, realidad-ficción, que constituye el agón entre estos dos seres humanos que reconocen el fracaso de su existencia, y cuya única redención la constituye esa reconciliación final marcada por un abrazo que simboliza el reencuentro.

En suma, dos obras de gran interés, que invitan a la reflexión y ofrecen el mejor testimonio de un teatro comprometido, apasionado y en absoluto dogmático.

 

ESTÉTICAS DE LA DESTRUCCIÓN:
EL TEATRO IRLANDÉS EN LA ERA DEL CELTIC TIGER
Ed. y Trad.: Diana I. Luque
Ed. Fundamentos
Espiral/Teatro
Madrid, 2012

R. C.

Como bien nos dice Diana I. Luque en la introducción, Celtic Tiger es el término que se emplea para designar el desarrollo económico en la República de Irlanda en los 90, y posteriormente entre el 2004 y 2008, aunque aquí sirva para ubicar a dos autores con temáticas enclavadas en esa nueva seña de identidad nacional (emigración, mestizaje cultural, tradición y post-colonización, etc.) que, la también traductora responsable de la edición, con buen criterio denomina a su vez “estéticas de la destrucción”. Las piezas y autores que contiene el volumen, La reina de la belleza de Leenane de Martin McDonagh y Mujer y espantapájaros de Marina Carr, son dos ejemplos bien diferenciados de lo mejor de la dramaturgia contemporánea irlandesa.

La originalidad de Marina Carr nunca dejará de sorprendernos con la extraña relación que se establece —incertidumbre de ultratumba, metafísica, absurda, simbolista— entre la mujer y el espantapájaros, por más que se aborde con cierto desgarro existencial y alcance cotas de lirismo en el final. Con un argumento deliberadamente oscuro en intenciones, la pieza siempre planteará un reto impredecible para la dirección y el equipo de intérpretes que se atrevan a montarla. En cambio la contundencia del texto de McDonagh, con una estructura convencional ambientada en los ochenta, es todo un ejemplo de carpintería y virtuosismo por su aparente sencillez y su impecable e implacable utilización de elementos. La historia de una mujer víctima y prisionera de su madre, que está incapacitada y que la chantajea y le amarga su existencia hasta la demencia, es estremecedora. Psicológicamente hiriente. Desquiciante en su cotidianeidad. Un chute emocional de gran calado que trastorna y arrebata al lector por el grado de dolor y zozobra que asfixia a la protagonista. Alejada del amaneramiento estilístico y de la fabulación macabra de El hombre almohada —y del humor gratuito a lo Tarantino—, La reina de la belleza de Leenane contiene, por el contrario, una radicalidad y una violencia verbal y física que son copia y producto de una “naturalidad” no menos aplastante. Al menos para los que vivimos esa época —con cocina de carbón en una barriada obrera en una Asturias que tanto se parece en ambientación y costumbres al occidente irlandés— cualquier parecido con la realidad no es sino reproducción fidedigna de muchas vidas anegadas.

 

INCENDIOS
Wajdi Mouawad
KRK
Oviedo, 2011

R. C.

A Eladio de Pablo y a KRK tenemos que agradecerles la feliz idea de poner al alcance del lector español esta bella edición de la pieza de Wajdi Mouawad, así como su acceso en librerías. Se trata de la obra más destacada de la tetralogía La sangre de las promesas y probablemente el título más relevante del teatro internacional en lo que va de siglo. Su contemporaneidad trágica, su manera de presentar el fatum que soporta el hombre frente al destino, su estructura clásica, y su resolución expositiva que no elude diferentes realidades para plasmar la compleja vorágine de violencia en la que habitualmente nos desenvolvemos —allí donde las víctimas también se presentan “encarnadas” en el verdugo—, hacen de la poética del texto una de las mejores maneras de relatar la actualidad. Eladio de Pablo, responsable de la traducción y del estudio introductorio, ha hecho un trabajo esperado por los aficionados más exigentes y por todos aquellos que desean un teatro que le tome el pulso a la vida y al presente. Un trabajo que no queda deslucido por una auto-cita innecesaria (vanitas vanitatis) sobre un hecho anecdótico que se reseña de la trama y que, por otra parte, ya hemos visto en el cine B hasta la saciedad. Recientemente Incendios ha sido montado en Gijón con muy buenos resultados por uno de los talleres de la ESAD bajo la dirección de Cristina Suárez; y en catalán por una producción profesional del Romea, con Oriol Broggi en la dirección, consiguiendo así el mejor espectáculo de la temporada. 

 

ESCRITOS SOBRE TEATRO I Y II
Edward Gordon Craig
Ed. de Manuel F. Vieites
Asociación de Directores de Escena
Madrid, 2011-12

R. C.

No deben faltar en la biblioteca personal de los actores y directores profesionales las obras principales de uno de los nombres que forma el corpus teórico del siglo XX: Gordon Craig. Los dos presentes volúmenes, con traducción e introducción del profesor Manuel F. Vieites, contienen Del arte del teatro, Hacia un nuevo teatro, Un teatro vivo, El teatro en marcha y Escena. Si las propuestas de Craig y su Supermarioneta combaten la visión naturalista en el actor ya a principios del siglo XX, la lectura coyuntural que le corresponde al XXI no puede ser otra —como bien señala Vieites— que la que “expresa una visión de la interpretación muy próxima a los postulados de quienes en la actualidad renuncian a la noción de actor o personaje, y a la idea misma del teatro”. La variedad de un Gordon Craig queda así recogida en estos libros de diversa índole (prácticas escénicas, interpretación, enseñanza, gestión de espacios artísticos y creación) para una mejor comprensión de los enfoques alternativos que se originan en el pasado y alcanzan hasta hoy. La introducción también comporta una biografía detallada y sitúa las obras en unas coordenadas críticas favorecidas por una perspectiva sinóptica. La profusión de ilustraciones y grabados hace todavía más atractiva la edición.